LLEGASTES A ESTE PUERTO

LLEGASTES A ESTE PUERTO
LLEGASTES CON ILUSIÓN
Y TÚ LO FUISTES QUERIENDO
MIENTRAS PASABA EL TIEMPO
Y CRECÍA TU AMOR

   PASASTES AL MANILA  Y LUEGO AL ROCK AND ROLL
  TE FUISTES DESPACITO  EN BUSCA DE UN AMOR
  PASASTES POR LAS CALLES  DE TU PANCHO QUERIDO
  MIENTRAS SE IBA LA NOCHE  Y SE ASOMABA EL SOL

TE FUISTES ACOSTUMBRANDO              
TE QUEDASTES AQUÍ                                    
Y TAMBIÉN DE CUANDO EN CUANDO     
SALÍAS EN LAS NOCHES                             
Y PASEABAS FELIZ                           

   PASASTES AL MANILA  Y LUEGO AL ROCK AND ROLL
  TE FUISTES DESPACITO  EN BUSCA DE UN AMOR
  PASASTES POR LAS CALLES  DE TU PANCHO QUERIDO
  MIENTRAS SE IBA LA NOCHE  Y SE ASOMABA EL SOL

Una canción al igual que un libro o un cuadro no tiene por que ser enteramente descriptiva y cronológica en los hechos que narra. El Manila y el Rock and Roll, fueron dos casas nocturnas de Valparaíso, allá por los años no sé cuanto. No sé si aún existen, mas con certeza el Rock and Roll dejó de funcionar hace ya mucho tiempo. Es por eso que ambas casas solamente coexisten en la canción y en mis recuerdos, en la realidad son de tiempos diferentes, de tiempos diferentes de mi vida en Valparaíso.

 Al Rock and Roll debo haber ido una o dos veces. Quedaba frente a la Plaza Etchaurren. La verdad es que sólo fuimos a mirar. Fué después de una de esas comidas con los colegas de la Tesorería. Comíamos, tomábamos un vino, y después más caminábamos que otra cosa. De repente entrábamos adonde había música, mirábamos y luego nos ibamos a otro lugar. Los sueldos en aquella época no eran muy buenos y sólo podíamos salir el día del pago. Yo tenía 18 años cuando comenzé a trabajar. De ahí vienen mis incursiones nocturnas por el Puerto. Con el correr de los años pasamos muchas veces por esas calles, de ahí lo que dice la canción:

 Pasastes por las calles de tu Pancho querido
Mientras se iba la noche y se asomaba el sol

No sé si en el Rock and Roll tocaban música de rock, pero la vez que fui me recuerdo de unos marineros bailando cha cha cha. El local quedaba en un subterráneo, después de bajar nos encontrábamos con un lugar más o menos iluminado, con alguna que otra luz de color y mucho humo de cigarrillo. No eran muy comunes esos juegos de luces de hoy día. Me parece que ni debían existir. El cigarrillo no era aquel bandido que es ahora. Siempre hay un villano de turno, ya sea tabaco, café,  o algún barbudo por ahí.

 Para los tiempos de hoy esto puede parecer casi infantil, pero hay que situarse en aquella época. No había televisión, no existían aquellos equipos de sonido de ahora, se podía salir de noche, caminar por las calles y solo volver a casa cuando se asomaba el sol, sin ningún problema, tan tranquilos como si estuviesemos caminando en una procesión.

 No quiero decir que todo tiempo pasado fue mejor, porque este momento también será pasado al terminar esta página. Quiero decir que cada tiempo tiene sus características, sus costumbres, su modo de actuar. Estas maneras, las aprendemos del medio ambiente, de los que nos rodean y ahora, más que nada, de los medios de comunicación. Vale recordar, que los evangélios fueron escritos después de 70 años o más de la existencia de Jesús. El atentado al Worl Center lo asistimos casi en el mismo momento que acontecía. Son otros tiempos. Aquellos años del Manila y Rock and Roll también fueron otros tiempos.

 Para hacer esta canción me inspiré en un amigo y compañero de la Universidad. Él era ecuatoriano y andaba con nosotros por las calles de Valparaíso, por eso el vals comienza diciendo: Llegastes a este puerto .......

 Con el correr de los años, caminé con varios amigos diferentes, por las calles del Puerto. Con los de Tesorería, de la Aduana, de la Universidad y mis amigos de Playa Ancha. Le hice una introducción al vals en que la melodía es ejecutada por un acordión. Esta misma melodía sirve para terminar la canción. Me imagino que en esa introducción, dejo de cantar y vuelvo a caminar con todos ellos. Los junto, porque la música me lo permite. Puedo caminar con todos, incluso con los que nunca hicieron ese recorrido, pero sí hicieron conmigo el recorrido de vida desde los inicios de mis tiempos.


Puerto de Valparaíso
Inicio